En este tiempo por la Fiscalía General de San Isidro, que investiga presunta mala praxis, han desfilado varios personajes, entre ellos el neurocirujano y amigo personal de Maradona, Leopoldo Luque, acusado por homicidio con dolo eventual y quien fue el encargado de practicarle al Pibe de Oro una cirugía por un hematoma subdural de la cual se recuperaba cuando murió.
Según la agencia Télam, desde este lunes se escucharán ocho nuevos testimonios, entre ellos el de la expareja de Diego y el de su exabogado.
En total serán seis médicos o administrativos que en alguna oportunidad trataron al Pelusa o tuvieron alguna injerencia en su última internación en la Clínica Olivos, donde se le practicó la operación, o en su externación a la casa de Tigre donde falleció en noviembre de 2020.
Además declararán ante los fiscales generales adjuntos de la localidad de San Isidro, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari; y la fiscal de Benavídez, Laura Capra, el abogado Víctor Stinfale y la expareja de Maradona, Rocío Oliva.
‘La clave de la mayoría de estos testigos será determinar cómo se decidió que Maradona fuera externado de la Clínica Olivos luego de su cirugía por un hematoma subdural, la puja que hubo entre quienes querían internarlo para su desintoxicación y quienes optaron por llevarlo a una casa y las condiciones que debía tener esa supuesta internación domiciliaria’, declaró a Télam una calificada fuente judicial.
La causa abierta fue tomada tras los resultados arrojados por los 11 peritos oficiales que integraron una junta médica, determinante para ver si hubo mala praxis que llevaran a la muerte al D10S. El informe precisó que el trabajo del equipo a cargo de la salud de Maradona ‘fue inadecuado y deficiente’.
El 22 de diciembre del pasado año los estudios toxicológicos practicados por la Policía Científica al cuerpo del exfutbolista, arrojaron la inexistencia de alcohol o drogas, y aún siguen las investigaciones sobre una presunta negligencia médica.
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