Así destacó el secretario general de la ONU, António Guterres, en su cuenta oficial en Twitter con motivo de celebrarse la Semana Mundial del Agua 2021.
Según apuntó el titular, recuperarse mejor de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 significa invertir en servicios de saneamiento para todos y de acceso a ese recurso.
Bajo el tema ‘Construir rápidamente la resiliencia’, la víspera comenzó una nueva edición de la Semana Mundial del Agua 2021, cuyos eventos se desarrollarán íntegramente de forma virtual debido a la Covid-19.
En esta cita online participarán más de 150 países y estará enfocada en buscar soluciones concretas a los mayores retos mundiales relacionados con el agua, indica un comunicado difundido en la capital de Suecia.
La escasez de ese recurso, la crisis climática, los impactos de la pandemia de Covid-19 y temas de seguridad alimentaria, salud y biodiversidad ocuparán varios de los debates, añade el texto.
Torgny Holmgren, director ejecutivo del Stockholm International Water Institute, organizador del evento, subrayó el papel crucial del preciado líquido para alcanzar las metas climáticas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Para la secretaria general adjunta de Naciones Unidas, Amina Mohammed, el mundo no va por buen camino en aras de lograr los ODS, ya antes de la pandemia ‘estábamos desviados y después de la Covid-19 estamos aún más’.
A su juicio, la recuperación de la crisis sanitaria podría devolver al buen camino pues todavía hay un resquicio de esperanza.
De acuerdo con un reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el nivel actual de población del planeta supone un enorme estrés para su sostenibilidad por la alta demanda de agua, alimentos y energía, a lo cual se añaden pérdidas considerables de biodiversidad.
No obstante, indicó el IPCC, el crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico tendrán un peso aún mayor que el cambio climático sobre la relación entre disponibilidad y demanda de agua dulce, cuyo acceso ya está en riesgo para el 80 por ciento de los habitantes del mundo.
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