La fuerte crisis provocada por la pandemia de Covid-19 golpeó especialmente a la industria turística a nivel internacional y Chile no es la excepción; pero mientras el resto de la economía nacional comienza a recuperarse, la llamada industria sin humo continúa estancada.
Esto se debe a que, gracias a la mejoría en los indicadores de la Covid-19, las autoridades implementaron una serie de medidas para retomar la normalidad dentro de lo posible; sin embargo, las fronteras siguen cerradas para los extranjeros no residentes, lo cual impacta en el mercado local.
A ello se suma que los nacionales y residentes en Chile sí fueron autorizados para viajar al exterior, lo que a juicio de los hoteleros incide en que una parte de la clientela del país decida hacer turismo en el extranjero.
En declaración pública la Fedetur criticó que las autoridades de la nación andina siguen sin establecer plazos ni definiciones precisas sobre una apertura de las fronteras, actitud que calificó de ‘una decisión política más que sanitaria, ya que todas las cifras de la pandemia indican que no existe razón para mantener la restricción’.
Al referirse a la grave situación del sector, el presidente de la Fedetur, Ricardo Margullis, dijo que por cada día que Chile mantiene las fronteras cerradas a los extranjeros, el país pierde ocho millones de dólares’.
Recordó que antes del 18 de octubre de 2019 y de la pandemia, los turistas extranjeros representaban una parte significativa del aporte a la economía nacional, al dejar ingresos por unos tres mil millones de dólares.
También señaló que está próximo el inicio de la temporada alta, pero continúa la incertidumbre sobre si será posible o no recibir turistas extranjeros.
La industria turística de Chile llevaba un camino ascendente, sin embargo, desde finales de 2018 comenzaron los problemas por una fuerte reducción de la llegada de argentinos, su principal mercado, debido a la crisis económica en la nación vecina.
En 2019 la situación empeoró, cuando en plena temporada alta se produjo el estallido social de octubre de 2019 que hizo caer en picada la entrada de turistas.
Pero el peor golpe vino en marzo de 2020 con la aparición del coronavirus SARS-CoV-2, lo que provocó el cierre casi total de hoteles, restaurantes y otros servicios relacionados con el sector.
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