Según la revista Stroke, es un verdadero peligro pasar largo tiempo frente a la televisión, la computadora y los dispositivos móviles.
Mientras más sedentarios sean los adultos mayor será el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, incluido el ictus, conocido popularmente como infarto cerebral.
De hecho, precisan los expertos, casi nueve de cada 10 ictus podrían atribuirse a factores de riesgo modificables, como las conductas sedentarias.
Recuerdan los expertos que esa afectación en individuos jóvenes puede causar una muerte prematura o perjudicar significativamente la calidad de vida.
La investigación reveló que casi el 90 por ciento de los participantes en el estudio sufrieron accidentes cerebrovasculares isquémicos, el tipo más común de la mencionada dolencia, que se produce cuando se obstruye un vaso que suministra sangre al cerebro.
La actividad física desempeña un papel muy importante, ya que reduce el tiempo real de sedentarismo y disminuye el impacto negativo de este en la salud, subrayan los científicos.
El término ictus procede del latín y significa golpe o ataque, y popularmente es conocido por múltiples nombres: infarto cerebral, trombosis, embolia, derrame cerebral, apoplejía; lo que origina una gran confusión en cuanto al concepto y la diferenciación entre sus diferentes tipos.
Según la literatura médica, el ictus hace referencia a cualquier trastorno de la circulación cerebral, generalmente de comienzo brusco, que puede ser consecuencia de la interrupción de flujo sanguíneo a una parte del cerebro (isquemia cerebral) o la rotura de una arteria o vena cerebral (hemorragia cerebral).
Aproximadamente el 75 por ciento de los ictus son isquémicos y el 25 por ciento hemorrágicos, precisan los especialistas.
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