Según indicó la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), los recursos que se consigan de los donantes internacionales se destinarán a la población más vulnerable tras el desastre.
Más de la mitad del dinero solicitado, unos 120 millones de dólares, se distribuirá en tres áreas fundamentales: seguridad alimentaria, educación y refugio, detalló esa entidad.
Las necesidades humanitarias en la nación caribeña aumentaron rápidamente tras el terremoto de 7,2 grados que sacudió el suroeste de Haití el pasado 14 de agosto, el cual causó daños en los departamentos de Grand’Anse, Nippes y Sud, indicó la OCHA.
A este ya complejo panorama se sumó el paso de la tormenta tropical Grace, que causó inundaciones en las zonas afectadas por el sismo.
Incluso antes de estos dramáticos eventos, precisó la OCHA, en esa zona vivían 610 mil personas con necesidades humanitarias urgentes y más de la mitad de ellas ya sufrían carencias extremas.
De acuerdo con datos oficiales del Gobierno haitiano, el sismo del 14 de agosto causó más de dos mil 200 víctimas mortales, 12 mil 268 heridos y unas 650 mil familias precisan ahora asistencia cuanto antes.
Además, la grave situación de salud genera preocupación, pues varios hospitales resultaron dañados o destruidos, mientras los que todavía funcionan están completamente desbordados y carecen de personal y suministros médicos suficientes.
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