De acuerdo con un reporte del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)sobre género y migración, en 2020 había 35,5 millones de menores que ya vivían fuera de su territorio de nacimiento como migrantes o refugiados.
A esa cifra hay que sumar 23,3 millones de niños en situación de desplazamiento interno, detalla el informe.
El número total aumentó casi 10 millones más que en 2015, cuando se publicó el informe Niños desarraigados.
Según el reciente estudio de Unicef, algunas rutas migratorias están especialmente sesgadas por cuestiones de género, por ejemplo, en 2020 nueve de cada 10 infantes no acompañados que buscaban asilo en Europa eran varones y dos de cada tres procedían de Afganistán.
Ese país centroasiático lidera la lista de los 10 Estados con el mayor número de menores no acompañados que solicitan asilo en Europa, subraya el organismo de ONU.
Uno de los principales motivos que empujan a los niños varones a desplazarse es el de asumir el rol de sostén de la familia, mientras que las niñas pueden emigrar como estrategia para retrasar el matrimonio precoz o por motivos de violencia sexual relacionados con conflictos.
Entre las víctimas de la trata detectadas, las niñas superan a los niños en una proporción de cuatro a tres.
Asimismo, ellas tienen más probabilidades de ser víctimas de la trata con fines de explotación sexual, mientras que ellos son víctimas de trabajos forzados.
El informe de Unicef destaca cómo las brechas de género existentes en la educación se agravan aún más en contextos humanitarios: las niñas desplazadas tienen 2,5 veces más probabilidades de no asistir a la escuela que los niños.
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