Además, el máximo representante de Naciones Unidas pidió garantizar el acceso sin restricciones a la asistencia y restablecer plenamente los servicios públicos.
Los actores locales debe crear condiciones para un diálogo político dirigido por Etiopía con el fin de encontrar solución a esta crisis, dijo la víspera en el Consejo de Seguridad.
En Etiopía, expresó Guterres, el precio humano de la guerra aumenta día a día, está en juego la unidad de ese país y también la estabilidad de toda la región.
Las partes en conflicto deberían reconocer una simple verdad: no existe una solución militar, recalcó el diplomático portugués.
Durante este mes de agosto, el titular de ONU llamó varias veces la atención sobre la situación en Tigray, donde aumentan las hostilidades.
La criminalidad del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) desde finales de junio hasta la fecha afecta a más de 4,5 millones de civiles, según denunció la ministra de Paz de Etiopía, Muferihat Kamil.
El daño supera esa fatídica cifra o esta otra: en los últimos dos meses, más de 500 mil ciudadanos de los estados Amhara y Afar abandonaron sus hogares ante los ataques de ese grupo, señaló Kamil en una conferencia de prensa la víspera.
Según recalcó, el TPLF masacró brutalmente a más de 200 civiles en Afar, incluidos niños, mujeres y ancianos, mató a muchos inocentes en varias partes de Amhara y también destrozó propiedades públicas y privadas en ambas regiones, incluidas instituciones médicas.
Actualmente, aseguró, hay más de 1,2 millones de refugiados en campamentos de Amhara, que huyeron de las atrocidades perpetradas por el TPLF después del alto al fuego unilateral decretado por el gobierno de Addis Abeba el pasado 28 de junio.
Queríamos crear un entorno pacífico para labores agrícolas y operaciones humanitarias en el norte del país, pero el Frente libró una guerra contra civiles y bloqueó la asistencia dejando a millones de etíopes vulnerables, afirmó la ministra.
En noviembre de 2020, el Frente atacó al ejército federal en Tigray y el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, respondió con una ofensiva militar para neutralizarlo y restablecer la legalidad en la demarcación.
Desde entonces comenzaron procesos judiciales contra líderes del grupo, declarado terrorista por el Parlamento y presunto responsable de violaciones de los derechos humanos.
oda/ifb/cvl