Aunque está en contra de acciones que acarreen sanciones contra el país, dijo, ‘no podemos renunciar a ese envío sin otra alternativa’, apuntó.
Miqati aludió así a críticos del Partido de Dios, cuyo secretario general, Hassan Nasrallah, anunció la partida de un buque iraní cargado de combustible con destino a Líbano.
Varios políticos, incluido el ex primer ministro Saad Hariri consideraron un riesgo recibir hidrocarburos de Teherán que está bajo sanciones de Estados Unidos.
La crisis por la escasez de combustible en este país obligó a la compañía estatal de electricidad, Electricité du Liban, a ofrecer una o dos horas diarias de servicio.
Los hospitales libaneses están al borde del colapso por carecer de energía y decenas de pacientes en peligro de muerte si se desconectan equipos clave.
En cuanto a la formación del gobierno, del cual carece Líbano desde el 10 de agosto de 2020, Miqati aseguró que aún había muchos obstáculos por superar.
El actual primer ministro designado es el tercero en menos de un año que intenta nominar una alineación gubernamental capaz de sacar al país de la peor crisis económica en décadas.
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