En el GP de Bélgica, los pilotos completaron un par de recorridos al Circuito de Spa-Francorchamps, en lugar de los 44 previstos, y por detrás del coche de seguridad, valorándose solo la mitad de las unidades en disputa.
De esta manera, en lugar de 25 puntos, Verstappen sumó 12 y medio al cruzar la línea de meta por delante de los británicos George Russell (Williams, se llevó nueve), segundo, y Lewis Hamilton (Mercedes, 7.5), tercero.
Tras la partida de los coches, los jueces de la prueba dieron a conocer la peligrosidad por las condiciones de la pista y la falta de visibilidad, razones por las cuales decretaron bandera roja y el regreso a los garajes.
Poco más de tres horas después, todos salieron a la pista y protagonizaron una de las paradas más atípicas de siempre, debido a la imposibilidad de un aplazamiento porque el próximo fin de semana tendrá lugar un nuevo desafío en Países Bajos.
Así, Hamilton, siete veces campeón universal y máximo favorito, siguió al frente de la clasificación, con 202,5 rayas, tres más que Verstappen, su principal contrincante en un Mundial, que está al rojo vivo.
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