Y, además, fijó en su brújula lograr la autosuficiencia energética para 2047, en el centenario de su liberación del colonialismo británico.
El primer ministro, Narendra Modi, afirmó en la efeméride que para este último propósito se puede combinar una economía basada en gas, el uso de la mezcla del etanol extraído de la caña de azúcar con gasolina y el empleo de la movilidad eléctrica.
Otro de los objetivos clave de la India es convertirse en un centro mundial de producción y exportación de hidrógeno verde.
Hoy en día, India depende en un 85 por ciento de las importaciones para satisfacer sus necesidades de petróleo y los suministros de ultramar suponen aproximadamente la mitad de las necesidades locales de gas natural.
Todo el hidrógeno que consume el país procede de los combustibles fósiles, pero para 2050 se prevé que tres cuartas partes de la producción de ese gas sea de manera ecológica, mediante el uso de la electricidad y por electrólisis.
Nueva Delhi estableció hace algunos años el plan de reducir la dependencia de las importaciones de petróleo del 77 por ciento en 2013-14 hasta el 67 por ciento en 2022, pero las compras aumentaron.
Por ello, el Gobierno estudia la posibilidad de sustituir parte del petróleo por combustibles producidos a partir de la caña de azúcar y otros biomateriales.
Además, se pretende suministrar gasolina mezclada con un 20 por ciento de etanol para 2023-24, así como aumentar la cuota de gas natural en la economía del país hasta el 15 por ciento en 2030, desde el 6,2 por ciento actual.
India también persigue avanzar hacia el uso de la movilidad eléctrica y también los ferrocarriles indios están en el camino de conquistar en un futuro la electrificación total.
Del objetivo máximo de instalar 450 gigavatios (GW) de capacidad de generación de electricidad a partir del uso de fuentes renovables de energía para 2030, India ya consiguió más de 100 GW.
INDIA SUPERÓ LOS 100 GW DE ENERGÍA RENOVABLE INSTALADA
La capacidad total de energía renovable instalada superó los 100 Gigavatios (GW), pues si se incluyen las grandes centrales hidroeléctricas del país, la capacidad total asciende a 146 GW, afirmó recientemente el ministro de Energía y Energías Nuevas y Renovables, R.K. Singh.
India ocupa actualmente la cuarta posición en el mundo en términos de capacidad de energía renovable instalada, la quinta plaza en energía solar y el cuarto escalón en energía eólica, reflejó un informe del Buró de Información del gobierno. Mientras, otros 50 GW están en proceso de instalación y 27 GW en vías de licitación.
EL CAMINO PARA SUSTITUIR LOS COMBUSTIBLES FÓSILES
Actualmente, cerca del 70 por ciento de la demanda energética de la India se satisface con dos combustibles fósiles: el carbón (44 por ciento) y el petróleo (25 por ciento), según las estadísticas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para 2020.
Una enorme proporción, alrededor del 78 por ciento, de la generación de electricidad procede de la energía térmica, la mayor parte de la cual se basa en el uso del carbón.
De la capacidad total instalada en septiembre de 2019 en el país, la proporción de energía térmica basada en el carbón es alrededor del 54 por ciento, muestran los datos de la Autoridad Central de Electricidad (CEA), una organización que asesora al gobierno sobre el desarrollo de los sistemas eléctricos. En cambio, la proporción de fuentes de energía renovables es solamente del 22,7 por ciento.
Para las próximas décadas, deberá reducir significativamente el empleo de carbón y petróleo para acelerar la acción climática, según dos recientes estudios que prevén las vías de la India hacia la neutralidad de la emisión neta de carbono en tres o cuatro décadas.
Un reciente estudio de la AIE mostró que para 2040 habrá que llevar a la mitad la demanda de carbón.
Una encuesta del Instituto de Recursos Energéticos (TERI) y la empresa energética Shell India también sugirió una disminución del 60 por ciento de la demanda tanto de carbón como de petróleo para 2050.
En cuanto a la sustitución de los combustibles fósiles, Anshu Bharadwaj, director ejecutivo de la Fundación Shakti para la Energía Sostenible, que ayuda a diseñar y aplicar políticas de energía limpia, afirmó que el país ya está “en plena transición”.
En ese sentido, explicó que la energía solar ya es competitiva en cuanto a costos, pues el año pasado las tarifas alcanzaron un mínimo histórico por unidad.
«Con la caída de los costes de las baterías y la mejora de las capacidades de almacenamiento, no está lejos el día en que las energías renovables compitan con la basada en el carbón», dijo Bharadwaj.
La empresa pública National Thermal Power Corporation (NTPC), la mayor productora de energía térmica de la India, también anunció que no invertirá en nuevas centrales térmicas de carbón y que está aumentando su capacidad de energía renovable, con una meta de participación en la capacidad total de generación del 25 por ciento para 2032.
Coal India Limited (CIL), la mayor empresa del sector público que produce carbón, anunció dos filiales para la fabricación de energía solar fotovoltaica y proyectos de energía renovable. Además de todo ello, muchas minas se enfrentan al cese.
Un estudio realizado en el distrito de Ramgarh, en Jharkhand, mostró que casi la mitad de las explotaciones en ese estado indio estaban cerradas, temporal o permanentemente, por diversas razones, entre ellas la falta de rentabilidad. Muchas de ellas son subterráneas.
ENERGÍAS LIMPIAS DEMANDAN MILLONES DE EMPLEOS
Una transición justa de la India al uso de fuentes de energía renovables, en línea con los objetivos del Acuerdo de París, implicará la creación de al menos 21,5 millones de puestos de trabajo para prevenir la angustia social y económica de las personas empleadas actualmente en sectores dependientes de los combustibles fósiles y otros afines.
Así lo refirió un informe del grupo de reflexión medioambiental Foro Internacional para el Medio Ambiente, la Sostenibilidad y la Tecnología (iForest), con sede en esta capital.
Para las próximas dos décadas, se espera que la demanda de combustibles fósiles, como el carbón, se reduzca a la mitad y aumente la proporción de las fuentes renovables en la matriz energética primaria de la India, incluido el suministro eléctrico, si el país finalmente ingresara en una senda de cero emisiones netas de carbono, indicó el reporte.
Este tránsito debe ser al mismo tiempo social y económicamente justo e inclusivo, apuntó la investigación, que constituye la primera sobre lo que significa una conversión justa hacia el empleo de las energías limpias en India.
Según los investigadores, el paso a las fuentes renovables incluye la reestructuración económica e industrial, la recalificación de la mano de obra, la reutilización de tierras, la sustitución de ingresos, las inversiones y la garantía de prácticas sociales y medioambientales responsables.
Una transición de este tipo es reconocida por el Acuerdo de París como un componente importante de la acción climática y la falta de actividades económicas alternativas para sustituir los puestos de trabajo de la industria del carbón es una de las tres razones principales que ralentizan los esfuerzos actuales del país en descarbonización.
La minería del carbón, la energía basada en el carbón y el transporte por carretera son los tres sectores clave que necesitarán una planificación justa de la mudanza en los próximos 10 años.
Estos sectores son grandes emisores de gases de efecto invernadero (GEI): las centrales térmicas de carbón representan el 42 por ciento de esas emisiones y el transporte por carretera, cerca del 10 por ciento.
En próximas décadas India tendrá que reducir significativamente el uso del carbón y el petróleo para acelerar la acción climática. Sin embargo, esa minería es uno de los mayores empleadores del país, con 2,6 millones de trabajadores.
Cerca del 70 por ciento de ellos son informales y laboran en las condiciones más precarias, sin prestaciones, sin seguridad laboral y con salarios bajos. Esta proporción es también elevada en sectores manufactureros como la industria siderúrgica.
Miles de personas en la India se ganan la vida recogiendo y vendiendo carbón manualmente en los mercados locales. La mayor parte de esta mano de obra es pobre, con un bajo nivel de calificación educativa y sin seguridad, dijo Srestha Banerjee, directora de Transición Justa de iForest.
Se estima que más de la mitad de la población de los principales distritos carboneros es multidimensionalmente pobre, con privaciones en salud, educación y nivel de vida.
Al respecto, Jayant Sinha, diputado de Hazaribagh, que se halla en el cinturón minero que atraviesa Jharkhand, Chhattisgarh, Odisha y Bengala Occidental, alertó que millones de personas dependen de la economía de los combustibles fósiles y por ello la mutación a las energías limpias requiere la creación de infraestructuras sociales y sanitarias, y una educación de calidad.
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*Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, el departamento de Fotografía, el editor Roberto Molina, Alberto Corona, jefe de Redacción de Economía, y la webmaster Wendy Ugarte.