La explanada de la céntrica plaza Gerardo Barrios acogerá la ceremonia para beatificar a los sacerdotes Rutilio Grande y Cosme Spessotto, y los mártires Manuel Solórzano y Nelson Lemus, precisó el Arzobispado.
El ritual será dirigido por Gregorio Rosa Chávez, primer y único cardenal de El Salvador, en representación del Papa Francisco, y los organizadores velarán por el cumplimiento de protocolos de bioseguridad.
‘No pretendemos tener una celebración con tantas personas, pero sí un buen número’, adelantó monseñor José Luis Escobar, arzobispo de San Salvador.
Grande, Solórzano y Lemus fueron emboscados y asesinados por la extinta Guardia Nacional el 12 de marzo de 1977, cuando iba a una misa en el poblado de El Paisnal.
El martirio de Grande radicalizó al entonces arzobispo Oscar Arnulfo Romero, su amigo y confesor, quien también sería ultimado tres años después, y canonizado por la Iglesia Católica en octubre de 2018.
El papa Francisco, quien guarda en su recámara en el Vaticano apuntes de una catequesis de Grande, afirmó que el jesuíta fue ‘un profeta de testimonio’ que cambió defintivamente a San Romero de América.
A su vez, Spessoto fue asesinado en su propia parroquia de San Juan Nonualco el 14 de junio de 1980, pocos días después de denunciar el asesinato de cuatro catequistas a manos de efectivos militares.
Por entonces escribió en una carta que temía morir de forma violenta a manos de ‘personas fanáticas’, pero a pesar de las advertencias, se quedó en El Salvador y fue asesinado mientras oraba de rodillas frente al altar.
El Salvador sufrió entre 1980 y 1992 un conflicto armado, cuyo detonante fue el magnicidio de monseñor Romero, y marcado por el asesinato de otros religiosos considerados simpatizantes de la Teología de la Liberación.
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