El proyecto de ley constituye una derrota para los demócratas de ese territorio que intentaron durante varias semanas impedir el análisis del tema.
En particular, la normativa -que cuenta con la aceptación del gobernador, Greg Abbott- prohíbe, entre otras cuestiones, los métodos de votación utilizados en 2020 para facilitar el acceso a las urnas durante la pandemia, incluida la apertura de sedes electorales durante 24 horas.
En todo el territorio estadounidense se han aprobado más de 30 normativas este año que eliminan facilidades electorales en medio de una ofensiva conservadora dominada por la teoría del expresidente Donald Trump (2017-2021) de supuesto fraude en los comicios de 2020.
El ritmo implacable de estas leyes electorales aumenta la presión sobre los demócratas en el Congreso, donde un Senado estrechamente dividido los deja con pocas esperanzas de aprobar una legislación federal que ponga freno a las nuevas restricciones.
El representante Chris Turner, presidente de la bancada demócrata de la Cámara Baja de Texas lamentó no haber podido impedir la iniciativa conservadora y afirmó que ahora necesitan la actuación inmediata del Senado.
Miles de estadounidenses salieron a las calles el pasado fin de semana -al cumplirse el aniversario 58 del histórico discurso de Martin Luther King ‘I have a dream’ (Yo tengo un sueño)- para pedir la aprobación de una legislación federal sobre el sufragio, estancada en el Congreso.
El mes pasado la Corte Suprema validó dos normas electorales del estado de Arizona, que dejaron la Ley del Derecho al Voto de 1965 prácticamente sin efecto.
A raíz del fallo, el presidente estadounidense, Joe Biden, lamentó la decisión del tribunal e instó al Congreso a ‘reparar el daño’ con una ley que contrarreste las diversas normas aprobadas en todo el país contra el sufragio de hispanos y afroamericanos fundamentalmente.
oda/avr