Por medio de un comunicado, indicó que la inclusión inmediata de las mujeres en la estructura del nuevo liderazgo será la prueba de fuego definitiva para el movimiento islamista.
Tomo nota de los compromisos públicos asumidos por el portavoz de los talibanes de defender los derechos de las mujeres en el marco del islam, incluido su derecho al trabajo, a seguir una educación superior y tener un papel activo en la sociedad, señaló en el documento.
Asimismo, se refirió a la necesidad de respetar el derecho a que las niñas asistan a la escuela.
El pleno y completo desarrollo de Afganistán y la causa de la paz requieren la participación igualitaria y significativa de la mujer en todos los campos, incluida la vida pública y política, recalcó Patten.
La plena participación de ellas resulta fundamental para su empoderamiento y el avance de la sociedad en su conjunto y los talibanes deben tomar medidas audaces para hacerlas parte en la adopción de decisiones, dijo.
Según destacó, la ley suprema del Afganistán, su Constitución aprobada en 2004, incluye disposiciones claras sobre la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, incluida la participación de la mujer en la vida política.
También recordó que Afganistán ratificó varios tratados internacionales que proteger los derechos la población femenina y los talibanes deben respetar esos compromisos.
Del mismo modo, enfatizó en la importancia de asegurar que ellas estén protegidas de amenazas y ataques de género, que vulneran sus derechos e impiden su participación efectiva.
La comunidad internacional debe velar porque los derechos de las afganas no sean negociables y se mantengan los logros que han obtenido en los últimos años, resaltó Patten.
El movimiento Talibán, que recuperó el poder en Afganistán tras el fin de la ocupación de las tropas internacionales lideradas por Estados Unidos, considera que Occidente tiene ahora la obligación moral de ayudar a reconstruir el país, luego de provocar su destrucción.
Así dijo recientemente a la cadena británica Sky News el vocero del grupo islámico, Suhail Shaheen, y aseguró que bajo el nuevo Gobierno, las mujeres afganas podrán trabajar y recibir educación hasta el nivel universitario.
No habrá discriminación, recalcó el portavoz, quien apuntó que ellas deberán cubrirse la cabeza con la prenda conocida como hijab, pero que la burka –la cual solo deja al descubierto los ojos– no será obligatoria.
De 1996 a 2001, período en que los talibanes tuvieron el poder en Afganistán, las mujeres eran obligadas a usar la burka, tenían prohibido asistir a la escuela y solo podían salir de casa acompañadas de un hombre.
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