La representante especial para los niños y los conflictos armados, Virginia Gamba, y la representante especial para combatir la violencia contra los menores, Najat Maalla M’jid, recalcaron que el actual contexto allí no debe borrar los avances en materia de derechos humanos.
Hay que proteger a los niños afganos: incluir sus voces y necesidades es fundamental para la sostenibilidad, la paz y el desarrollo en ese territorio, indicaron en un comunicado.
También expresaron gran preocupación por los derechos de las niñas, como el de acceder a la educación, y el posible aumento de la violencia sexual y de género.
Ambas funcionarias de Naciones Unidas instaron a los talibanes a garantizar las labores de ayuda humanitaria, ya que más de 10 millones de menores de edad en todo Afganistán necesitan asistencia para sobrevivir.
Los niños en ese país ya han sufrido bastante tras años de guerra, los talibanes y otras partes, así como aquellos que pueden influir, deben dar un paso adelante para prevenir la violencia y el daño contra esa población infantil, insistieron.
Al respecto, indicaron que debe incluirse la protección y los derechos de todos los menores de 18 años en cualquier proceso de paz y en los debates sobre la gobernanza, como establecen las normas internacionales.
De acuerdo con datos de ONU, al menos el 45 por ciento de la población afgana es menor de 15 años.
Además, indican que las necesidades humanitarias aumentan en todo ese territorio y más de 18 millones de personas demandan asistencia en un contexto de hambre, sequía, conflicto y en medio de la pandemia de Covid-19.
Estados Unidos culminó la víspera la retirada total de sus tropas de Afganistán, que según analistas, se encuentra ahora en peores condiciones que hace 20 años, cuando se produjo la invasión norteamericana en una supuesta cruzada antiterrorista.
Hace pocas semanas, los talibanes volvieron a tomar control tras una guerra que costó miles de millones de dólares al contribuyente estadounidense y casi tres mil bajas de soldados de la nación norteña, así como la vida de 250 mil civiles afganos y el éxodo de millones de personas fuera del país.
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