Este jueves Abarza volvió a poner el nombre de Chile en el podio de la cita de los cinco aros con una presea de plata en la final de 50 metros espalda, que se suma a las dos de oro que logró en 100 metros libres y 100 dorso.
En diálogo con la televisión nacional desde la capital japonesa aseguró que para alcanzar esta plata tuvo que batallar muy duro, pero el resultado ‘es muy lindo y gratificante, valió la pena todo lo vivido y el sacrificio que se hizo para poder llegar a Tokio’.
Beto, como lo llaman sus allegados señaló además que cumplió con creces el sueño que tenía al llegar a estos juegos paralímpicos de conseguir una medalla, y fueron tres.
El país entero se lo merecía, demostramos que Chile ‘puede pelear por grandes cosas, nos enfrentamos a potencias y lo sacamos adelante’ sentenció claramente satisfecho y emocionado.
Después de una medalla el techo se hace más alto y es difícil que algo más venga, en relación con mi discapacidad y seguir dándole, va a costar mucho más, declaró el tritón.
Asimismo puntualizó que tras sus triunfos hay un ‘sacrificio familiar tremendo’ para llegar hasta aquí y ‘todo depende de cómo nos vamos sintiendo en los próximos meses y también hay que ser bien realistas y no jugar, ser conscientes’.
En Tokio 2020, Abarza cumplió la aspiración de toda su vida desde que a los dos años se lanzó por primera vez a una piscina como terapia contra el síndrome de Charcot-Marie-Tooth.
A esa enfermedad degenerativa que atrofia los músculos se impuso el chileno con años de esfuerzos permanentes hasta convertirse en ejemplo de que es posible sobreponerse a todas las dificultades.
Su triunfo es además histórico, pues se convirtió en el segundo chileno que conquista medalla de oro desde que se celebran juegos paralímpicos, tras la conseguida en atletismo por Cristian Valenzuela en Londres 2012 y con estas tres resulta el que más preseas acumula.
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