La superficie del lugar, que en 1994 era superior a seis hectáreas, mide ahora poco más de dos, y al igual que todos los demás glaciares italianos, la señal de contaminación en el Calderone es evidente, señaló la asociación ambientalista.
Un comunicado de ese ente informó sobre los resultados del estudio de la Caravana Glaciar Legambiente, en su segunda edición, la cual se realiza con el apoyo del Comité Glaciológico Italiano (CGI) y otros socios.
El monitoreo, del 23 de agosto al 13 de septiembre, busca examinar el estado de salud de 13 glaciares alpinos italianos, más el Calderone en Abruzzo, y crear conciencia sobre los efectos del cambio climático en ese entorno.
Para Vanda Bonardo, responsable nacional de Alpi Legambiente, la importancia del Calderone obedece ‘principalmente a su curioso comportamiento, único en el panorama europeo’.
Destacó, además, que su capacidad para responder rápidamente al cambio climático ofrece datos muy útiles en aras de comprender cómo evolucionará el clima en los próximos años.
Por su parte, Marco Giardino, secretario del CGI, añadió que la cuarta etapa de la caravana glaciar en el Gran Sasso reveló que ‘los datos recopilados y presentados por los operadores glaciológicos demostraron que los cambios se registran aquí con mayor sensibilidad y velocidad que en los glaciares alpinos’.
Ello demuestra, precisó, la importancia de continuar el monitoreo, el cual esa institución realiza a nivel nacional desde 1911.
Tras la cuarta etapa, la Caravana llegará el 8 de septiembre al Parque Gran Paradiso para examinar los glaciares presentes en la parte del Piamonte y la de Val D’Aosta.
La campaña de Legambiente está incluida en la plataforma All4Climate-Italia, que recoge los eventos dedicados a la lucha contra el cambio climático con vistas a la Conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), programada para noviembre próximo en Glasgow, Escocia.
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