Asimismo, enfatizó en la urgencia de no superar la barrera de los 1,5 grados Celsius de aumento de la temperatura en el planeta con el fin de evitar un desastre climático de grandes proporciones.
El mundo atraviese una temporada de incendios e inundaciones, que afecta principalmente a poblaciones frágiles y vulnerables de países ricos y pobres por igual, advirtió.
Sus declaraciones fueron transmitidas en un video mensaje al Diálogo para Acelerar las Soluciones de Adaptación de cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima, a celebrarse en noviembre, en Glasgow, Escocia.
Con un aumento de la temperatura de 1,2 grados Celsius, los impactos climáticos ya son visibles en todo el orbe y las poblaciones vulnerables y menos responsables de esos trastornos experimentarán consecuencias todavía más devastadoras, recalcó.
‘Los efectos repercutirán en las economías, las comunidades y los ecosistemas, borrando los logros del desarrollo, profundizando la pobreza, aumentando la migración y exacerbando las tensiones.’
Por ello, insistió en que actuar ahora para enfrentar los problemas es una cuestión de justicia climática.
En nuestras manos están las soluciones, dijo y abogó por mayores inversiones en adaptación y resiliencia ante los cambios climáticos.
Además de ser un deber ético, esa pronta inversión presenta un claro argumento económico, se salvarán vidas y se protegerán los medios de subsistencia, expresó Mohammed.
También recordó que el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a los donantes internacionales y a los bancos multilaterales de desarrollo que asignen el 50 por ciento del total de la inversión pública para el clima a las áreas de adaptación y resiliencia.
Sin embargo, observó, los países que precisan este apoyo tienen graves problemas para acceder a la financiación climática.
En ese sentido, subrayó la importancia de simplificar las normas y facilitar el acceso a los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y otras naciones vulnerables.
oda/ifb