A causa de la fuerte sequía que afecta a gran parte del país hace años, hasta ahora se encontraban bajo es condición las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Maule, O’Higgins, Los Lagos y parte de la Metropolitana, donde se ubica esta capital.
Esa medida le permite a los territorios acceder a un fondo de emergencia dispuesto por el Gobierno por ocho mil millones de pesos chilenos (unos 11 millones de dólares) para paliar los estragos ocasionados por la falta de precipitaciones, además de otros recursos de las administraciones regionales.
Según datos publicados recientemente, más de cinco millones de personas están afectadas por la escasez hídrica, lo que representa casi el 30 por ciento de la población del país y comprende a los habitantes de 135, de las 345 comunas (municipios) de la nación.
Por la falta de lluvias agudizada en la actual etapa invernal, la situación se tornó crítica en amplias zonas y especialistas en meteorología afirman que el sistema frontal que en las primeras semanas de agosto afectó al centro y sur del país permitió reducir el déficit de precipitaciones solo hasta el 32,5 por ciento.
Estudios científicos de la ONU establecen que Chile cumple siete de los nueve criterios de vulnerabilidad frente al cambio climático, sin que las perspectivas indiquen una mejoría, sino todo lo contrario, pues la sequía persiste.
A ello se suman las temperaturas registradas en julio y agosto últimos, inusualmente altas para el invierno austral, lo cual condujo a una baja acumulación de nieve en la cordillera de los Andes, que es la garantía de disponibilidad de agua para el próximo verano.
oda/rc