‘Casi el 90 por ciento de los países de renta alta han alcanzado ya el objetivo de vacunar al 10 por ciento de su población e incluso más del 70 o el 40. Ningún país de renta baja logra ninguno de los dos objetivos’, reconoció el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
No queremos más promesas, queremos vacunas, dijo el titular de la entidad sanitaria al denunciar que se habla mucho de igualdad, pero se actúa muy poco.
‘Los países ricos han prometido donar más de un billón de dosis, pero han entregado menos del 15 por ciento de lo ofrecido’, aseveró.
Resaltó que, precisamente, son esas promesas incumplidas una de las razones por la cual el mecanismo Covax, iniciativa de OMS para el acceso equitativo a vacunas antiCovid-19, anunció este miércoles la disponibilidad de solo unas mil 400 millones de dosis para fin de año.
La cifra es muy inferior a las dos mil millones comprometidas y, con ello, apenas podrá vacunarse al 20 por ciento de la población en los 92 países pobres a los cuales debían llegar las inyecciones este 2021.
‘Covax recibirá un 25 por ciento menos de dosis si no hay una acción urgente de los países del G20 y los fabricantes. Hay una enorme brecha en la distribución’, remarcó en la conferencia virtual, el asesor de la OMS, Bruce Aylward.
Esa reducción en los objetivos de entrega para 2021 tiene como causas principales las restricciones a la exportación del proveedor clave Serum Institute of India, puntualizó dicha herramienta internacional en un comunicado oficial.
A ello se suman otros factores limitantes adicionales como problemas de fabricación en la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson y la anglo-sueca AstraZeneca.
También reportaron retrasos en la revisión regulatoria de las inyecciones desarrolladas por la firma biotecnológica estadounidense Novavax y la china Clover Biopharmaceuticals.
Pero ese es solo uno de los problemas. Con la pandemia de Covid-19 las dificultades sanitarias no desaparecieron, solo se opacaron informativamente para dar lugar a otras.
Ahora, no basta con que las dosis antiCovd-19 sean insuficientes; los fabricantes, ante la propagación de nuevas variantes más infecciosas del SARS-CoV-2, virus causante de la enfermedad, volcaron sus empeños a dosis de refuerzo, aunque apenas el 1, 9 por ciento de la población en países pobres cuente con al menos una inyección.
Ya lo importante no es vacunar solamente, sino potenciar a los ya inmunizados. Otra piedra en el camino de la OMS ante la cual, la entidad pide tiempo.
Aylward ha dicho que hay que extender la moratoria de las dosis de refuerzo hasta finales de año, porque desde que la organización lo pidió en julio pasado, la brecha en la distribución de vacunas ha aumentado y hay menos dosis disponibles, especialmente para Covax.
Por su parte, Adhanom Ghebreyesus, dijo que las terceras dosis pueden ser necesarias para las poblaciones de mayor riesgo (como los inmunodeprimidos) pues ha disminuido la protección contra la enfermedad grave y la muerte.
Sin embargo, solicitó que se extienda la espera para su fabricación hasta finales de año.
‘No estamos pidiendo retrasar algo que sea necesario. No hay pruebas de que sea necesaria una tercera dosis. Las vacunas están funcionando muy bien para prevenir la enfermedad grave y las hospitalizaciones’, señaló la directora de inmunización de la OMS, Kate O’Brian.
Actualmente farmacéuticas como la alemana-estadounidense, Pfizer-BioNTech, Moderna, también del país norteamericano, la anglo-sueca, AstraZeneca y la china Sinovac han comenzado a realizar estudios para evaluar esas terceras dosis.
En ese contexto, el asesor para la pandemia en Estados Unidos, Anthony Fauci, dijo que, si bien será inevitable el refuerzo de las vacunas antiCovid-19, ‘una cosa es que sean el futuro y otra muy diferente es la desesperación por aplicarlas con urgencia’ ante nuevas olas de contagios por las variantes y tantas personas sin apenas estar cerca de la primera inyección.
Dicha situación conllevará a acaparar dosis entre los que más pueden pagar y olvidarse de los países sin recursos dependientes de las donaciones para sus habitantes.
El sitio Our World In Data, de la Universidad de Oxford publicó que hasta la fecha administraron en todo el mundo, cinco mil 560 millones de dosis a ritmo de 31,21 millones cada día. Solo el 41,1 por ciento de la población del planeta ha recibido por lo menos una inyección.
Muchos esperan que la pandemia de Covid-19 sirva de punto de inflexión para que la humanidad por fin deje a un lado sus ambiciones individuales, cuide el planeta, aplique más y mejor la solidaridad. Una esperanza que suena mejor en canciones que en la realidad.
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