Tanto el secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, como el analista Juan Velit, saludaron la normalización de esos vínculos, establecidos en 1987 y rotos en 1996 por el gobierno de mano dura de Alberto Fujimori.
‘Saludamos al Presidente Castillo por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la RASD, único pueblo en el mundo que aún lucha contra la esclavitud’, escribió Cerrón en Twitter.
Velit opinó que la medida peruana, anunciada el pasado miércoles, corresponde a ‘un pensamiento muy pragmático’ del gobierno del presidente Pedro Castillo.
Añadió que las Naciones Unidas reconocen a la RASD ‘como un Estado y tiene todas las categorías para establecer relaciones diplomáticas con el país que considere conveniente’.
Sobre la versión del diario conservador El Comercio, de que el anuncio de la Cancillería es considerado por la embajada de Marruecos aquí como un error que debe ser subsanado, Velit señaló que no debería afectar las relaciones peruano-marroquíes.
‘Algunos países consideraban que (la RASD) era un grupo terrorista y no es un grupo terrorista’, agregó el analista.
El restablecimiento de vínculos oficiales Perú-RASD motivó la reacción del conservador presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento, Ernesto Bustamante, quien alega que la medida afectaría las relaciones peruanas con Marruecos y España.
El legislador convocó al canciller, Óscar Maúrtua, a dar explicaciones sobre la decisión y el titular se presentará el lunes próximo, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
De otro lado, la Sociedad Peruana de Derecho Internacional (SPDI), que hasta su reciente designación presidió el canciller Maúrtua, fundamentó detalladamente la legalidad del restablecimiento de relaciones con la RASD.
Las relaciones Perú-RASD tienen como antecedente su reconocimiento por el gobierno de Fernando Belaúnde, en mayo de 1987, fueron suspendidas en 1996, aunque posteriormente la RASD estableció aquí una representación.
Tras el fin, en 1990, del gobierno de Alberto Fujimori, se estableció en Perú una representación de la RASD que funcionó en forma no continua.
En septiembre de 2017, bajo la administración de Pedro Pablo Kuczynski, llegó a hacerse cargo de la representación la diplomática saharaui Jadiyetu El Mohtar, pero fue retenida en el aeropuerto de Lima durante 19 días y expulsada a España, por alegados problemas de documentación migratoria.
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