‘Es un problema de salud pública urgente y su prevención debe ser una prioridad nacional’, afirmó Renato Oliveira, jefe de la Unidad de Salud Mental de la OPS, con motivo este viernes del Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Subrayó que se necesita la acción de toda la sociedad y el compromiso de los gobiernos para invertir y crear una estrategia nacional integral con el fin de mejorar la prevención y la atención.
Diversos estudios evidencian que la pandemia ha amplificado los factores de riesgo asociados al suicidio: como la pérdida de empleo o la económica, los traumas o abusos, los trastornos mentales y las barreras de acceso a la atención de salud.
Con una de cada 100 muertes, el suicidio sigue siendo una de las principales causas de decesos en el mundo, alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cada año, pierden la vida más personas a causa del suicidio que por el VIH, la malaria, el cáncer de mama, por la guerra o los homicidios.
Entre los jóvenes de 15 a 29 años, esta fue la cuarta causa de muerte a nivel mundial, después de los accidentes de tránsito, la tuberculosis y la violencia interpersonal.
Las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2019 de la OMS advierten que 97 mil 339 personas murieron por suicidio en las Américas ese año y según se estima, los intentos de realizar esa acción pueden haber sido 20 veces esa cifra.
Los hombres representaron alrededor del 77 por ciento de todas las defunciones por esta causa y, aunque se evidencian progresos en intervenciones para su prevención, muchos países continúan con tasas crecientes.
El estigma, la vigilancia, los recursos limitados y la falta de concienciación siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda, lo que pone de manifiesto la necesidad de realizar campañas de alfabetización en salud mental.
‘Crear esperanza a través de la acción’ es el tema de este año del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y respaldado por la OMS.
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