La víspera un agente de la Unidad de Seguridad del Palacio Nacional y una mujer fueron raptados en Martissant, en la salida sur de la capital, por hombres armados que viajaban en un vehículo, denunció la plataforma multimediática Alter Presse.
También un conductor de motocicleta fue aprehendido contra su voluntad el viernes último en Mariani, al sur de Puerto Príncipe; y un día antes la doctora Lara Nazon, embarazada de siete meses, fue secuestrada en Petion Ville, una de las zonas más seguras de esta urbe.
Mientras, el comerciante Richard Thermilien continúa en manos de sus captores desde el 28 de agosto, y uno de los hermanos secuestrados el 4 de septiembre en Gressier, a unos 20 kilómetros de la capital, fue liberado una semana después tras el pago de un rescate.
Como si fuera poco, dos directores de sucursales bancarias, e igual número de funcionarios gubernamentales fueron retenidos por varios días en Puerto Príncipe.
A los secuestros se unen los asesinatos, entre estos el del vicepresidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio (Anapross), José Plabo Sylvain, que fue ultimado el jueves pasado en Santo 1, localidad de Croix de Bouquets.
Dos días antes el padre André Sylvestre recibió varios disparos y murió en el hospital de la norteña ciudad de Cabo Haitiano, después de realizar una transacción bancaria.
Como protesta la Anapross decidió cerrar todas sus gasolineras, y reclamó al Gobierno que asuma sus responsabilidades y restablezca el clima de paz.
El pasado lunes el primer ministro Ariel Henry se comprometió a tomar medidas para instaurar la seguridad, luego de varias jornadas de tensión caracterizadas por las acciones de bandas armadas, a pesar de la tregua prometida para permitir el envío de ayuda humanitaria a las zonas del sur, devastadas por reciente terremoto.
Pese al anuncio, este lunes la Ruta Nacional 2 que lleva a los departamentos meridionales amaneció bloqueada, presuntamente por pandillas.
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