Jean Négo Bonheur Delva, coordinador de la Oficina Nacional de Migración, confirmó que arribaron 83 adultos y 45 niños, que recibieron alimentación, además de someterse a pruebas diagnóstico para detectar el coronavirus SARS-CoV-2.
Con ellos suman 455 retornados desde que la víspera la administración de Washington comenzará las deportaciones de los varados en el paso que divide la ciudad de Texas con México, donde se estiman más de 10 mil personas, la mayoría provenientes de Haití.
Bonheur confirmó que mañana martes, llegarán al menos otros seis vuelos, la mitad a Puerto Príncipe y el resto a la ciudad de Cabo Haitiano en el extremo norte de país.
El Gobierno se comprometió a recibir a sus nacionales, muchos de los cuales abandonaron el país en los últimos cinco años hacia Chile y Brasil, para luego intentar llegar a los Estados Unidos.
El primer ministro Ariel Henry reconoció que la difícil situación que atraviesa el país con las disputas políticas, el impacto de los desastres naturales y la falta de oportunidades, tiene como resultado la crisis migratoria actual.
Aunque se desmarcó del origen de la problemática, aseguró que asumirá a conciencia el ‘pesado expediente’, acogiendo honorablemente a estos compatriotas en dificultades.
También lamentó el trato hacia los migrantes y recordó que la aplicación de leyes territoriales no debe obviar los derechos fundamentales de las personas.
Desde el terremoto de 2010 que mató más de 200 mil personas, más haitianos decidieron dejar el país, muchas veces en embarcaciones improvisadas sin seguridad, y otras a través del peligroso viaje por el interior del continente.
Las cifras aumentaron considerablemente en los últimos años, y la crisis política y económica, el magnicidio contra el presidente Jovenel Moïse, además del reciente terremoto incrementó el número de personas que intentan probar suerte fuera del país.
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