En un discurso grabado al 76 Período de Sesiones de la ONU, el mandatario señaló que si en verdad el organismo internacional aspira a sacar al mundo de las crisis en que está inmerso debe reformarse porque en ello radica la esperanza de la humanidad.
En los pasillos de Naciones Unidas resuenan conceptos como democracia y transparencia, pero, irónicamente, el Consejo de Seguridad (…) viola todos los principios de estos valores (porque) no es ni democrático ni transparente en su representación y procesos, sostuvo.
Muchos estados miembros han hablado con firmeza y estamos de acuerdo: esto simplemente no es correcto, sentenció.
Duterte lamentó que en los dos últimos años empeoró la crisis climática, se profundizaron las desigualdades, el equilibrio geopolítico está en precario y los pobres sufren más.
Al exponer su visión sobre cómo el mundo encara la pandemia de Covid-19, calificó el panorama de desolador, pues las naciones más ricas acumulan vacunas mientras las de menos recursos deben contentarse con las que les sobra a aquellas.
En tal contexto, pidió a la Asamblea General que los países ‘privilegiados’ permitan a los más pobres acceder a los inmunizantes para acabar con la enfermedad.
Respecto al cambio climático, apuntó que el actual estado de cosas evidencia las vulnerabilidades de todas las naciones, pero acotó que las más sufridas son los menos responsables de esa fenómeno de escala global.
En referencia a Afganistán, comentó que ‘todo el mundo paga el precio de las aventuras de unos pocos que derivan en desastres humanitarios’ y recordó que Filipinas, fiel a su tradición de apoyo humanitario, abrió las puertas a los ciudadanos de aquel país que huyen del conflicto, en especial a mujeres y niños.
Sobre su controvertida campaña contra las drogas y los pretendidos excesos de las fuerzas antinarcóticos, informó que ordenó a la Policía y al Departamento de Justicia revisar los comportamientos de las autoridades y que quienes sobrepasaron los límites responderán ante las leyes nacionales.
Hace una semana Duterte advirtió que su Gobierno no cooperaría con una solicitada investigación in situ de la Corte Penal Internacional porque esta carecía de jurisdicción para ello, pero en su mensaje a la ONU no hizo referencia al asunto.
Subrayó, empero, que cualquier cambio significativo y duradero sobre las drogas debe venir de dentro y que la imposición de la voluntad de una parte sobre la otra nunca funcionó en el pasado ni lo hará en el futuro.
¿Cuántos países más deben desmoronarse y caer en el caos antes de que los poderosos atiendan a esta sencilla lección?, preguntó.
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