La subdirectora del Centro Nacional de Educación para la Naturaleza, Bui Thi Ha, informó que de 2018 a la fecha el país detectó 20 casos de contrabando de las puntiagudas astas de este voluminoso mamífero, 14 de los cuales ya fueron enjuiciados.
Recordó que el Código Penal vietnamita entrado en vigor en 2018 sanciona con mayor rigor los delitos contra la vida silvestre en general, y que el comercio ilícito de cuernos de rinocerontes puede ameritar una pena máxima de 15 años de prisión, más del doble que el anterior.
Vietnam continuará investigando y actuando contra las líneas de compra-venta ilegales y sancionará de modo estricto a los contrabandistas, advirtió.
En este y otros países asiáticos los cuernos de rinoceronte tienen una alta demanda porque se les atribuyen propiedades medicinales y afrodisíacas.
También son muy codiciados en joyería, pues se les considera un símbolo de estatus social. Incluso algunos los compran a modo de inversión contando con que en un futuro no muy lejano esos animales se extinguirán.
En las últimas cuatro décadas la población mundial de rinocerontes, asediada por los cazadores furtivos, se redujo 95 por ciento y en la actualidad no pasa de 30 mil ejemplares. Los conservacionistas advierten que si no se toman medidas, en 10 años habrán desaparecido de la faz de la Tierra.
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