En su perfil de Twitter, Morales citó el caso del colombiano Arcángel Pretel, también conocido como Gabriel Pérez, exinformante del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, quien según reportes participó el magnicidio de Jovenel Moïse, en Haití, pero también estuvo en Bolivia en 2020 y se reunió con funcionarios del Ministerio de Defensa (de la gestión de facto) antes de las elecciones presidenciales.
‘Mientras algunos medios, no todos, niegan el golpe de Estado y defienden a los golpistas, la prensa revela nuevos datos que confirman vínculos de la derecha boliviana con mercenarios internacionales involucrados en el asesinato del presidente Moïse’, expresó el líder indígena.
Morales enfatizó que esta nueva revelación demuestra una vez más la conspiración de la derecha y la Organización de Estados Americanos contra la democracia de Bolivia, ya que para el golpe de Estado perpetrado en noviembre de 2019 los gobiernos de Ecuador y Argentina, sometidos a Estados Unidos, enviaron armamento y elementos represivos a los golpistas.
Agregó que luego, para evitar la victoria del pueblo boliviano, que recuperó la democracia con el voto a favor Luis Arce, el ahora prófugo exministro de Defensa, Fernando López, preparó un segundo golpe de Estado con Pretel y otros mercenarios.
El líder del gobernante Movimiento al Socialismo en Bolivia resumió que el desastre económico, político y social generado por la gestión de facto, sumado a la pésima gestión de la pandemia de la Covid-19, provocó un retroceso en al menos 10 años en su país, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
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