Construida en la nororiental península del Sinaí a un costo de mil 270 millones de dólares, la instalación de Bahr al Baqar es parte de un megaproyecto para cultivar unas 283 mil hectáreas, de las cual ya fueron sembradas unas 84 mil.
Ahora reutilizaremos dos mil millones de metros cúbicos de agua que cada año solían desperdiciarse en el mar, la mayor parte de ese líquido se empleará en el riego, puntualizó el presidente Abdel Fatah al Sisi durante la ceremonia de inauguración, en la que participaron varios ministros.
El drenaje de Bahr al Baqar tiene una longitud de unos 190 kilómetros y se considera una de las fuentes de contaminación ambiental más peligrosas de Egipto.
Junto al megaproyecto, el jefe de Estado también inauguró una planta desalinizadora en Ras Sidr y cinco estaciones de bombeo.
Esos centros y otros que construye el país forman parte de la estrategia para enfrentar el cambio climático y el estrés hídrico.
A mediados de este mes, titular de Riego y Recursos Hídricos, Mohamed Abdel Ati, advirtió que ese flagelo amenaza del 12 al 15 por ciento de las tierras fértiles del delta del río Nilo, en el norte de Egipto, debido al crecimiento previsto del nivel del mar.
El ministro destacó el efecto negativo que tendrá ese fenómeno en los recursos hídricos, la agricultura, la seguridad alimentaria, la energía y la salud.
En agosto, alertó que esta nación tiene una disponibilidad hídrica de 60 mil millones de metros cúbicos (bmc) anual, pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 bcm.
En este sector nos enfrentamos a múltiples desafíos, pero los más importantes son la superpoblación y los limitados recursos acuíferos disponibles, afirmó entonces.
Como parte de la estrategia nacional, las autoridades construyen en la actualidad numerosas desalinizadoras para utilizar el agua de mar.
Con un costo de 618 millones de dólares, las instalaciones tendrán una capacidad total de 476 mil metros cúbicos diarios y están ubicadas en las gobernaciones de Marsa Matrouh, Mar Rojo, Sinaí del Norte, Sinaí del Sur, Port Said, Daqahliya, Suez y Alejandría.
El río Nilo, el segundo más largo del mundo, suministra a los egipcios cerca del 90 por ciento del agua utilizada para el consumo humano, la agricultura y la industria.
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