La reunión, calificada de ‘consulta’ por el enviado de Estados Unidos para Libia, Richard Norland, transcurre a puertas cerradas.
El único indicio sobre la agenda lo proporcionó el diplomático estadounidense quien adeclaró que la campaña electoral para las elecciones libias del 24 de diciembre próximo debe comenzar a lo sumo en dos semanas y añadió que la creación de una base legal para esa consulta es el propósito del encuentro.
Libia descendió al caos tras el derrocamiento en 2011 del gobierno constitucional por una ofensiva aérea de países de la OTAN y el asesinato previa tortura del líder libio Muamar el Gadafi, que no desempeñaba cargo oficial alguno.
Hasta entonces el país norafricano poseía el mayor índice de desarrollo humano en África; en la actualidad se le considera un estado fallido.
La agresión aérea masiva de la alianza trasatlántica permitió la fragmentación del país en cotos privados de milicias armadas y, en fecha posterior, el surgimiento de dos gobiernos rivales, uno en Trípoli, la capital, y, el otro, en Tobruk (este).
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