Al informar al Consejo de Seguridad, el enviado lamentó los desacuerdos de las partes institucionales que despejarían el camino hacia las tan esperadas elecciones en la nación africana.
“Para evitar que Libia caiga en la desintegración, como lo prevén numerosos signos alarmantes, se necesita urgentemente un acuerdo político entre los principales interesados para formar un gobierno unificado que conduzca al país a elecciones”, remarcó.
No obstante, Bathily ratificó su compromiso con los actores importantes aunque hasta ahora ninguno de ellos ha dado un paso decisivo desde su posición inicial.
Por el contrario, cada uno continúa articulando condiciones previas para su participación en el diálogo centrados en mantener el status quo, lo que parece convenirles, agregó.
Bathily pidió la liberación de los detenidos arbitrariamente y los presos políticos al tiempo que consideró cada vez más preocupante la situación humanitaria, de derechos humanos y de protección de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en Libia.
Organismos como la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados o la Organización Internacional de las Migraciones alertan de un aumento significativo del número de refugiados sudaneses que ingresaron a Libia en las últimas semanas.
En ese sentido, el enviado dijo estar alarmado por las continuas expulsiones colectivas de migrantes y refugiados a través de las fronteras entre Libia y los países vecinos y reiteró sus llamados al pleno acceso e investigaciones independientes sobre todas las presuntas violaciones y abusos en los centros de detención nacionales.
Por su parte, el embajador permanente de esa nación ante la ONU, Taher M. El-Sonni, aseguró que los libios están cansados de esperar, al tiempo que denunció la alternancia de roles y de la intervención extranjera que no ha terminado a lo largo de los años.
“Los libios están aburridos de los análisis, los diagnósticos, los informes y las declaraciones sin resultados”, remarcó el diplomático.
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