El caos del mercado del gas, que disparó las cotizaciones un 280 por ciento en Europa este año y provocó un alza de más del cien por ciento en Estados Unidos, se achaca a factores que van desde los bajos niveles de almacenamiento hasta los costos del carbón, lo cual afecta el proceso de recuperación del impacto de la Covid-19.
Analistas de varias empresas de servicios financieros como CMC Markets, Morgan Stanley y Goldman Sachs opinan que es demasiado pronto para reducir las previsiones de crecimiento económico, pero parece inevitable que la actividad se vea afectada.
Sin embargo, en general, el aumento de los precios del gas eleva el riesgo de alta inflación y bajo crecimiento.
‘Está bastante claro que hay una creciente sensación de malestar sobre las perspectivas económicas, ya que un número cada vez mayor de entidades enfrenta la perspectiva de un incremento de los costos’, dijo Michael Hewson, analista jefe de mercado de CMC Markets del Reino Unido.
La estadounidense Morgan Stanley considera que el impacto en Estados Unidos, la mayor economía del mundo, debe ser pequeño, aunque más de un tercio de su consumo de energía en 2020 fue de gas natural, en usuarios predominantemente industriales.
El encarecimiento de los alimentos es otro efecto secundario, dada la escasez de dióxido de carbono que se usa en los mataderos y para prolongar la vida útil de los alimentos, a lo que se suman recortes en la producción de fertilizantes como otro factor para elevar los precios de la comida.
La banca de inversión Goldman Sachs, también de Estados Unidos, prevé un aumento de la demanda por petróleo, con un riesgo de incremento de cinco dólares por barril respecto a la previsión del Brent para el cuarto trimestre de 2021, lo cual lo situaría en los 80 dólares por barril. Ayer cerró en 79,28 dólares.
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