En Le Cayes del departamento Sur, y Jeremie en Grand Anse muchas escuelas permanecieron cerradas y otras abrieron muy tímidamente sus puertas, pese al anuncio gubernamental, indicó la plataforma digital Vant Bef Info.
La Federación Protestas convocó para este lunes una huelga contra el aumento de la inseguridad, secuestros y asesinatos, que denunció especialmente la muerte violenta del diácono Sylner Lafaille.
El religioso fue ultimado en las puertas de la Primera Iglesia Bautista de Puerto Príncipe, a escasos metros del Palacio Nacional, y los autores secuestraron a su esposa e hirieron a otros fieles en el templo.
Al paro general se unieron sindicatos transportistas y de la subcontratación que deploraron la ‘ineficacia’ de la policía ante la multiplicación de las bandas armadas, de manera particular en Puerto Príncipe.
En la capital, la mayoría de las escuelas no recibieron a los estudiantes, mientras funcionó de manera intermitente la transportación colectiva, comercios y otras actividades económicas.
Además de la inseguridad, la reapertura del año académico en el sur de Haití enfrenta serios desafíos, mientras el 70 por ciento de la infraestructura docente se dañó con el sismo de 7,2 en la escala de Richter que cobró más de dos mil 200 vidas.
‘El alcance del daño a los edificios escolares es peor de lo que pensamos inicialmente. La reparación o reconstrucción de estas escuelas requerirá tiempo y recursos. Sin embargo, con o sin escuelas, el aprendizaje y la enseñanza deben continuar ahora’, dijo en un comunicado Bruno Maes, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia(Unicef) en Haití.
Alertó que cuanto más esperen los niños, más difícil será que vuelvan a la escuela, en especial porque muchos padres perdieron sus fuentes de ingreso tras el sismo.
Unicef estima que al menos 230.000 menores de los departamentos Sur, Nippes y Grand Anse se encuentran en edad escolar.
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