Sobre todo, en el este del país africano, donde la violencia y las limitaciones de acceso obstaculizan las operaciones humanitarias y actualmente, una de cada tres personas necesitan asistencia, informó al Consejo de Seguridad de la ONU.
Asimismo, la alta representante pidió a los miembros de ese organismo que se mantengan apoyando el trabajo sobre el terreno.
Si bien se reforzó la cooperación entre las fuerzas armadas congoleñas y el personal de mantenimiento de paz, y se avanza ahora en la planificación y ejecución operativa, aún queda mucho por hacer, recalcó Keita.
En ese sentido, llamó a impulsar acciones para garantizar que los derechos humanos se respeten sistemáticamente en la lucha contra los grupos armados en ese territorio.
Más de cinco millones de personas están desplazadas dentro de la República Democrática del Congo –el mayor número en el continente africano–, mientras persiste la inseguridad alimentaria y las epidemias cíclicas, detalló.
Además, unos 26 millones de congoleños también padecen de inseguridad alimentaria, lo cual representante alrededor del 29 por ciento de la población en ese país, según datos de ONU.
Los ataques a escuelas y hospitales exacerban los desafíos humanitarios en varias partes del este, en particular en Ituri, apuntó Keita.
De junio a agosto de este año, reportó, 367 personas fueron víctimas de ejecuciones arbitrarias y extrajudiciales en el Congo democrático y aproximadamente 203, en su mayoría mujeres y niños, sufrieron violencia sexual.
Ante ese situación, la jefa de la Monusco instó a aumentar las contribuciones al plan de respuesta humanitaria en ese país, que hasta la fecha solo está financiado poco más de una cuarta parte.
Creada en 1999, la Monusco es una de las mayores misiones de mantenimiento de paz de Naciones Unidas.
Recientemente se renovó su mandato y se elaboró un plan de transición conjunto para ayudar a consolidar la paz en ese territorio africano.
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