La estrategia describe un plan para la incorporación a mesas de trabajo nacionales de expertos y funcionarios de todos los sectores en aras de construir sistemas de vigilancia más sólidos que puedan detectar riesgos más rápidamente y priorizar las inversiones en investigación y desarrollo, precisó el organismo.
En conferencia de prensa virtual, la OPS remarcó la necesidad de que los países reúnan a veterinarios, personal del área agrícola y ambiental para acordar acciones encaminadas a prevenir posibles epidemias.
El costo de evitar una pandemia es mucho menor que el de responder a una, subrayó la entidad, mientras aseveró que la Covid-19 por sí solo ha causado una pérdida de cuatro billones de dólares en el producto interno bruto mundial, y todavía no estamos fuera de peligro, advirtió.
Sobre la base de Una sola salud, instó a los Estados miembros a que revisen sus presupuestos de sanidad, reconsideren la forma de brindar atención médica y participen en los esfuerzos mundiales para prevenir la próxima pandemia.
Las economías de muchos territorios de la región también dependen en gran medida de la producción y la exportación agrícolas, por lo cual la amenaza de enfermedades animales es grande y tiene el potencial de afectar industrias enteras y el desarrollo nacional, acotó la OPS.
Esto es especialmente crítico en América Latina y el Caribe, que tiene zonas tropicales con alto potencial de albergar nuevas enfermedades, como la Cuenca Amazónica, el Gran Chaco, la Selva Lacandona, el Istmo de Darién y La Mosquitia, reflexionó.
El cambio climático impacta los ecosistemas y las personas entran en contacto más cercano con los animales a través de la urbanización y la deforestación, por tanto el potencial de desbordamiento aumenta, enfatizó.
La OPS tiene el enfoque de Una sola salud desde hace mucho tiempo como una prioridad en tanto durante más de 70 años organizó un programa que trabaja los temas animales en enfermedades zoonóticas y seguridad alimentaria.
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