Desde que los talibanes tomaron el control de Kabul a mediados de agosto, aún no se pagaron las facturas eléctricas a los países vecinos, que suministran el 78 por ciento de sus necesidades energéticas, indicó el canal Al Jazeera.
Esto supone otro problema para el Gobierno talibán que lidia con una escasez de efectivo en la economía mientras Estados Unidos y otros aliados congelaron las reservas monetarias del país en bancos extranjeros.
Afganistán suele pagar entre 20 y 25 millones de dólares al mes en total a Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán e Irán, y ahora adeuda 62 millones de dólares, dijo Safiullah Ahmadzai, director general de la empresa nacional de electricidad Da Afghanistan Breshna Sherkat.
‘Hemos pedido a la Unama en Kabul que ayude al pueblo de Afganistán a pagar a los proveedores de electricidad del país como parte de su ayuda humanitaria’, dijo Ahmadzai.
El funcionario apuntó que se solicitaron unos 90 millones de dólares a la Unama, pues las facturas ascenderán a 85 millones de dólares en una semana.
La misión de la ONU aún no respondió a dicha petición, subrayó Ahmadzai, quien añadió que solo el 38 por ciento de los 38 millones de afganos tiene actualmente acceso a la electricidad.
El Gobierno talibán pidió a los países vecinos mantener el suministro eléctrico, dijo Bilal Karimi, portavoz del grupo fundamentalista radical islámico.
Afganistán requiere mil 600 megavatios al año y las fuentes de energía nacionales, incluyendo plantas hidroeléctricas, paneles solares y combustibles fósiles, cubren solamente un 22 por ciento de las necesidades del país.
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