En conversación anónima con la cadena NBC, los oficiales aseguraron que la desinformación y la conveniencia de aumentar las deportaciones dejaron a los agentes de inmigración desprevenidos para manejar la crisis que se desató el mes pasado en la frontera.
En septiembre 28 mil indocumentados, en su mayoría haitianos, convergieron en un puente en la ciudad fronteriza Del Río, en Texas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) y la Oficina de Inteligencia y Análisis del DHS tenían información desde julio de que ese gran grupo se dirigía hacia el norte desde Sudamérica y Centroamérica.
De acuerdo con las fuentes incógnitas, el DHS no divulgó el tamaño o la velocidad con la que se trasladaba el grupo de migrantes ni aclaró que todos llegarían a un mismo lugar. El Departamento reconoció los fallos internamente y los incluyó en sus debates para estar mejor preparados para cualquier crisis futura, explicaron los oficiales.
A lo largo del verano hubo desacuerdos dentro de la administración del presidente Joe Biden sobre si debía aumentar las deportaciones de los haitianos que ya estaban en Estados Unidos de forma ilegal.
Los funcionarios dijeron que muchos argumentaron que las deportaciones disuadirían a más personas de venir.
Desde mediados de Septiembre hasta la fecha el ICE deportó a Haití a más de siete mil 200 haitianos.
Defensores de derechos de los migrantes aseguran que es inhumano enviar a los migrantes caribeños de vuelta a su país, sumido en una crisis sin precedentes debido al magnicidio del líder Jovenel Moise y el terremoto de 7,2 grados que sacudió el país a mediados de agosto.
mem/age