Los hechos ocurrieron en Martissant, en la salida sur de Puerto Príncipe, una zona bajo el control de las pandillas, y que en los meses de junio y julio fue inaccesible por la guerra abierta de estos grupos.
‘Secuestraron dos camiones de combustible. Los propietarios de los dos vehículos están tomando medidas para recuperarlos’, declaró Marc André Deriphonse, presidente de la Asociación Nacional de Propietarios de Estaciones de Servicio.
La víspera Deriphonse relacionó la escasez de combustible con los altos índices de inseguridad y la actuación de bandas armadas que interceptan los vehículos distribuidores.
Denunció que los ataques aumentaron en las últimas jornadas, con al menos cinco camiones secuestrados la pasada semana, lo que obligó a los responsables de surtidores a pagar los rescates.
Las asociaciones de empresarios pidieron reunirse con el primer ministro, Ariel Henry, y consideraron que la situación empuja al país hacia la catástrofe económica.
‘El país se dirige directamente a una catástrofe económica y antes de que llegue a un punto de no retorno, este sector considera oportuno dar la voz de alarma’, expresaron en una misiva enviada al jefe de Gobierno.
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