En el marco de este encuentro entre delegaciones encabezadas por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, fue enterrada por completo la Iniciativa Mérida para dar paso al Acuerdo Bicentenario México-Estados Unidos, refirió el anfitrión.
Ebrard señaló que el nuevo entendimiento debe darse en el marco del respeto mutuo y la soberanía, en tanto Blinken señaló que es tiempo de colaborar en seguridad y sobre todo distinguir prioridades.
Adán Augusto López, secretario de Gobernación, llamó a encontrar estrategias para construir comunidades más seguras y Alejandro Mayorkas, encargado de la seguridad nacional en Estados Unidos, subrayó que el nuevo pacto deberá centrarse en las causas de la inseguridad.
El polémico Plan Mérida fue impulsado por el expresidente Felipe Calderón (2006-2012), artífice de la llamada guerra contra el narcotráfico que provocó la enorme espiral de violencia criminal que todavía sacude a México.
Por su parte, el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador es contrario a la coerción militar que implica esa iniciativa.
Dicho proyecto arrancó en 2007 cuando Calderón pidió mayor cooperación a Estados Unidos para luchar contra la delincuencia organizada y en respuesta impulsó la Iniciativa Mérida, un paquete de proyectos de asistencia antidrogas para fortalecer el Estado de derecho en México, que entró oficialmente en marcha en 2008.
Los pilares iniciales del programa de ese año a 2010 fue la asignación de unos mil 500 millones de dólares para la compra de equipos, incluidos aviones y helicópteros, en apoyo a las fuerzas de seguridad de México, la cual se amplió entre 2011 y 2017.
Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017, la Iniciativa Mérida se reorientó y definió como prioridad reducir la producción de drogas, controlar el tráfico fronterizo y mejorar la seguridad portuaria.
Las principales críticas que recibió la iniciativa a lo largo de estos años se centraron en el excesivo énfasis en el uso de las fuerzas militares para combatir el crimen organizado y la persistente violación de los derechos humanos, algo que fustigó bien duro López Obrador.
Ahora se plantea el Entendimiento Bicentenario, que deja atrás el carácter asistencial militar para concentrarse en la atención a las
causas profundas de la violencia, con un enfoque de salud pública e impulsando el fortalecimiento de la Justicia, entre otros puntos.
‘Este nuevo marco establece un enfoque integral y de largo plazo para orientar las acciones bilaterales en el futuro. Juntos, podemos construir un sistema de paz, justicia y respeto por el Estado de derecho’, recalcaron ambos países.
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