Por medio de un comunicado señaló que desde el 27 de septiembre pasado, la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) inició una serie de audiencias para escuchar a las víctimas de secuestros cometidos por las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, en el marco del conflicto armado.
‘Interesados por oír lo que las víctimas tienen por decir, después de tres años de iniciarse el caso, solicitamos a la Sala nos permitiera ver de manera virtual dichas diligencias, a lo cual el despacho accedió’, explicó Comunes.
En tal sentido, este partido político nacido de las antiguas FARC-EP, reconoció una vez más, que los secuestros ocurrieron en el marco de una política que nunca debió ocurrir.
‘Razón por la cual hemos pedido y seguiremos pidiendo perdón a las víctimas y a sus familias’, recalcó en el comunicado.
Puntualizó que, a través de los justos reclamos de las víctimas en este proceso, poco a poco ha entendido que no basta con reconocer la política de privaciones a la libertad, ni tampoco es suficiente decir ‘sí esto ocurrió’.
En tal sentido, agregó que las víctimas, con su generosidad al confiar en este proceso, reclaman una verdad que tenga un sentido reparador y es en virtud de eso que Comunes trabaja por cumplir con quienes son el centro del Acuerdo de Paz.
‘Así proyectamos la respuesta al Auto 019, radicado el 30 de abril del año en curso, en donde no solo reiteramos el compromiso de los firmantes del Acuerdo, sino que nuestra política de secuestro constituyó crímenes de guerra y de lesa humanidad’, enfatizó.
Esta nueva oportunidad de escucha le permite a Comunes ‘a través de la propia voz de quienes sufrieron los vejámenes del secuestro, darnos cuenta que debemos seguir trabajando para crear vínculos, a través de la palabra, que hoy en día es nuestra única arma’.
De tal forma, que permita a quienes han luchado todos estos años porque su dolor sea reconocido, sentirse reparados, agregó.
Explicó que no solo fue el secuestro lo que causó dolor sino, además, los tratos a los que fueron sometidos en muchas ocasiones, el impacto económico en sus vidas y las de sus familias, la incertidumbre y la pérdida de seres queridos sin poder decir adiós, entre otros, empeoró la experiencia del secuestro.
‘No hay justificación alguna para haber causado directa o indirectamente este sufrimiento, y es gracias a este proceso, que nos permite encontrarnos como seres humanos a través del diálogo, que podemos dimensionar lo ocurrido’, subrayó el texto.
Aseguró que las audiencias de la JEP son una oportunidad más para continuar el camino irreversible de reconocimiento, y reiterar el compromiso con un proceso de paz que inició en la Habana, pero que, pese a su difícil implementación, debemos seguir construyendo con el firme propósito de nunca volver a la guerra.
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