En su mensaje por el Día Mundial de la Alimentación, este 16 de octubre, también resaltó que el hambre, la subalimentación y la obesidad van en aumento, una situación empeorada por la pandemia de la Covid-19, la cual ha dejando a otros 140 millones de personas sin acceso a los alimentos necesarios.
Además, ‘la forma de producir, consumir y desperdiciar la comida supone una pesada carga para el planeta y produce una presión histórica sobre nuestros recursos naturales, nuestro clima y nuestro medio natural’, aseguró Guterres.
Como deja claro el tema de este año Nuestras acciones son nuestro futuro, la facultad de cambiar está en nuestras manos, recordó.
Un nuevo análisis del Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicado en ocasión de la efeméride destacó que, si la temperatura mundial alcanza un aumento medio de dos grados Celsius, respecto a los niveles preindustriales, unos 189 millones adicionales de personas terminarán sufriendo hambre.
El director ejecutivo del PMA, David Beasly significó que grandes extensiones del planeta, desde Madagascar hasta Honduras y Bangladesh, están sumidas en una crisis climática que es ya una realidad cotidiana para millones de sus habitantes, la cual fomenta una crisis alimentaria.
Mencionó, por ejemplo, que decenas de miles de vidas están en peligro en el sur de Madagascar, uno de los muchos lugares del mundo en los que el cambio climático favorece las condiciones de hambruna.
Esa agencia de la ONU movilizó casi 300 millones de dólares para la acción climática en la última década, y en 2020 puso en marcha estrategias para la gestión de riesgos climáticos en 28 naciones de las que se beneficiaron más de seis millones de personas.
Además, ha protegido de las sequías con un seguro de riesgo climático a 1,5 millones de habitantes en Malí, Mauritania, Burkina Faso, Zimbabue y Gambia.
‘Necesitamos invertir urgentemente en sistemas de alerta temprana y en programas de adaptación y resiliencia climática para evitar el desastre humanitario que se avecina’, finalizó Beasley.
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