Al intervenir en la ceremonia por el Día Mundial de la Alimentación, realizada de forma virtual y presencial en esta capital, el directivo del organismo especializado de ONU precisó que tras la cumbre y el foro mundial de la alimentación, realizados recientemente, ‘estamos empoderando también a la juventud’.
Empeño en el que trabajan el Comité de la Juventud de la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), explicó y además destacó que lideres de todo el mundo ponen toda su creatividad y energía de la mano de las nuevas generaciones.
QU argumentó que existen mil 800 millones de jóvenes en el mundo que tienen entre 10 y 24 años, con el 90 por ciento de las personas de las naciones en desarrollo, precisó y acotó que ese es un potencial sin límites y ‘debemos unir los esfuerzos para llevar a cabo un cambio liderado por los jóvenes’.
Aclaró a renglón seguido que no solo las nuevas generaciones deben preocuparse por los sistemas agroalimentarios, somos conscientes, expresó, que antes de la pandemia nos planteamos erradicar el hambre en el 2030, en cambio, recordó, más de 800 millones de personas en 2020 padecían de ese mal.
En tal sentido aseguró que tanto la FAO, el FIDA y el PMA emprenden acciones para lograr esa necesaria transformación.
Por su parte Gilbert Houngbo, presidente del FIDA calificó de inaceptable que los sistemas alimentarios no sean capaces de proporcionar dietas saludables para todos.
Igual dijo es inaceptable que el 10 por ciento de la población del mundo, una de cada 10 personas, todavía se acueste con hambre.
Consideró que en el camino para ‘garantizar que nuestras acciones sean nuestro futuro’ son necesarias inversiones que generen oportunidades para crear la resiliencia de personas vulnerables que trabajan en los sistemas alimentarios.
El punto de partida, añadió, deben ser los agricultores a pequeña escala, en el entendido de que las pequeñas explotaciones son altamente productivas y son además las que más contribuyen a la riqueza y la diversidad de la nutrición.
También David Beasley, director ejecutivo del PMA, hizo referencia a retos sin precedentes que afectan la seguridad alimentaria y mencionó situaciones toxicas de conflictos, como el cambio climático y la Covid-19.
Ambas provocaron, detalló, que 300 millones de personas más padezcan ahora de inseguridad alimentaria, el hambre crónica, por ejemplo, aumentó en 160 millones y ahora suman 811 millones de personas.
El hambre grave, manifestó, creció en 135 millones con lo cual se duplicó la cifra a 270 millones que padecen ese mal, y lo más inquietante, es que ahora hay 42 millones de personas en 43 países que literalmente están al borde de la hambruna.
Advirtió que ‘si no hacemos nada, si no dedicamos seis mil 600 millones de dólares adicionales para ayudar a esas personas estarán muy afectadas y además ello dará lugar a masivas migraciones’.
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