Según reciente decreto del Poder Ejecutivo dichos especialistas brindarán asesoramiento a la Comisión Nacional Honoraria encargada de atender el alarmante fenómeno.
Además se le encomendó un análisis epidemiológico que contribuya a la definición de estrategias preventivas, incluidos factores de riesgo específicos asociados al suicidio y la propuesta de línea de acción concreta para el abordaje de la problemática de forma integral.
En julio pasado el responsable de Salud Mental del Ministerio del ramo, Horacio Porciúncula, constató que a partir de 2014 esa causa de mortalidad empieza a subir hasta una meseta actual de 20 casos por cada 100 mil habitantes.
Uruguay registró en 2020 un total de 718 autoeliminaciones, lo que confirmó encontrarse detrás de Guyana y Surinam entre las más altas tasas en América Latina, de acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud, publicado en el año precedente.
Por su parte el director del Instituto Nacional de la Juventud de Uruguay (INJU), Felipe Paullier, refirió en agosto que la entidad trabaja en un proyecto para prevenir el suicidio en adolescentes, ya que es la primera causa de muerte entre los uruguayos de 15 a 24 años de edad.
Porciúncula identificó entre los factores incidentes a partir de 2020, la pérdida de fuentes laborales por la pandemia de Covid-19, afectaciones psicológicas y físicas, y pérdidas de seres queridos derivadas y algunas conductas humanas posteriores.
Recordó que ‘siempre las cifras de suicidio en Uruguay fueron altas y mientras la media mundial está alrededor de 10 permanece por encima’ lo que requiere ‘la búsqueda de explicaciones más complejas que las circunstanciales’, dijo.
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