Por medio de una declaración adoptada por los 15 miembros del organismo, también rechazaron el saqueo de los recursos naturales en esa zona africana y la continua explotación ilícita de esos bienes.
El Consejo de Seguridad pidió que todos los grupos armados del área se disuelvan y depongan las armas de forma inmediata y permanente.
Asimismo, demandó el restablecimiento de la autoridad estatal del gobierno en el este de la República Democrática del Congo.
Igualmente, condenó el comercio ilícito de recursos naturales en el este de esa nación y la zona en general, y señaló en particular los ‘minerales conflictivos’ como el estaño y el oro, junto con el cacao, la madera y la vida silvestre.
La explotación de esos bienes ‘socava la paz duradera y el desarrollo de la región de los Grandes Lagos’, añade la declaración.
El texto se refiere, además, al vínculo entre la explotación y el comercio ilegales de recursos naturales y la adquisición y el tráfico ilegal de armas, lo cual alimenta y exacerba el conflicto armado.
La situación de seguridad en el área resultó un foco de discusión en esta reunión a nivel ministerial del Consejo.
El informe del secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que las condiciones de seguridad a lo largo de las fronteras comunes en los Grandes Lagos se mantuvieron relativamente estables durante el período que abarca ese reporte.
Sin embargo, se observa un deterioro de esa situación en el este de la República Democrática del Congo debido a las actividades de grupos armados.
La región de los Grandes Lagos está compuesta por varios países entre los que se incluyen Burundi, Kenya, Uganda, la República Democrática del Congo, Ruanda, y Tanzania.
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