La organización denunció que algunos retornados fueron encarcelados por varios días, sin ducharse y luego llevados al país encadenados como criminales y con la ropa de varios días.
‘Estos horrores afectan la divinidad de los migrantes haitianos’, señaló el GARR y pidió a las autoridades estadounidenses detener las deportaciones a Haití, nación que enfrenta una crisis multidimensional: política, económica, social, de seguridad y humanitaria, aseguraron.
Del 19 de septiembre al 19 de octubre regresaron 10 mil 831 haitianos, de ellos casi mil 800 menores de edad.
La Organización Internacional de las Migraciones reveló que casi el 30 por ciento de los niños devueltos no nacieron en Haití, sino en Chile y Brasil, y en menor medida en Venezuela, Ecuador, Panamá y otros países de la región.
También constataron menores no acompañados, e indicios de trata de personas, pues algunos infantes expresaban miedo de las personas que viajaban con ellos.
El GARR pidió al Estado una mejor asistencia para los retornados, al tratarse de familias ya de por sí vulnerables, descapitalizas durante sus arriesgados y costosos viajes, y que regresan decepcionadas y atormentadas, indicó el organismo.
Asimismo, señaló que estos deportados necesitan apoyo psicológico para afrontar su vida cotidiana con esperanza y dignidad.
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