Activista también de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, durante sus últimos años de vida a Jara se le vio día a día luchar por la memoria de las víctimas de una de las etapas más duras y grises de este país, cuyas huellas siguen abiertas.
En un mensaje, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación lamentó la muerte de otra de las Madres, quien luchó por saber el paradero de su hijo Gustavo Cabezas, desaparecido en 1976, y fue torturada en la entonces Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los mayores centros clandestinos.
Su hijo, un adolescente de 17 años, era militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y fue detenido por fuerzas de la represión ilegal en 1976.
Jara fue secuestrada el 30 de abril de 1979 mientras cuidaba a su esposo Vicente Cabezas, quien sufría una enfermedad terminal.
Meses después de ser torturada, fue sacada de allí junto con otro preso ilegal y tras ser maquillada, le tomaron fotos en una confitería del barrio de Palermo para fraguar una nota en una revista de amplia circulación entonces, bajo el título Habla la madre de un subversivo muerto.
‘Hasta siempre Thelma Jara de Cabezas. Una madre víctima de los genocidas, sobreviviente, luchadora. En sus manos, su hijo Gustavo. Tenía 17 años. Militaba en Montoneros. Desaparecido. Nuestro abrazo a su familia. Ni olvido ni perdón’, apuntó en un mensaje en las redes sociales el colectivo de Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.
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