Basado en una fuente sin identificar, el medio noticioso adelantó que la relación contiene más militares y de la inteligencia de Estados Unidos y otros países occidentales y árabes.
Soleimani y al-Muhandis y otros 10 combatientes iraníes e iraquíes murieron el 3 de enero de 2020, en un bombardeo de la Fuerza Aérea estadounidense en Bagdad, la capital del país mesopotámico.
El ataque fue ordenado por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el número uno en la lista de acusados.
Hasta la fecha, la fiscalía iraní demandó de manera formal a 36 personas, entre ellas el jefe del Comando Central de Estados Unidos, Kenneth McKenzie Jr., y los exsecretarios de Estado Mike Pompeo y de Defensa Mark Esper.
Según las autoridades judiciales iraníes, la lista aún está abierta con la inclusión de otros nueve implicados, de los cuales hay varios de nacionalidad alemana.
Se sospecha que el personal germano ofreció información para ejecutar el asesinato, aunque desconocen su número y funciones, dijo la fuente a Al Mayadeen.
La operación criminal se realizó desde la base aérea de Ramstein en Alemania, una de las instalaciones militares estadounidenses más grandes del mundo que funciona como comando de la OTAN, y es un centro de drones para Medio Oriente y el norte de África.
De igual manera, está involucrada en el atentado contra Soleimani y al-Muhandes y sus compañeros, la empresa británica G4S, a cargo de la seguridad del aeropuerto internacional de Bagdad, en cuyos alrededores ocurrió el mortal incidente.
Las pesquisas revelaron que de los 36 acusados 26 pertenecen cuerpos armados y de la inteligencia de Estados Unidos e Israel, y al menos cuatro de ellos murieron en raras circunstancias.
También hay agentes de Arabia Saudita, Kuwait, Iraq, Siria, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, involucrados en el asesinato del general iraní y el subcomandante de las UMP.
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