Coincidiendo con su cumpleaños 91 y también con el 44 aniversario de esa Asociación que dirige hace años, en esa dura lucha por recuperar a los bebés, hoy hombres y mujeres, apropiados durante la última dictadura militar (1976-1983), De Carlotto declaró a la emisora local Radio 10, que el bastón las sostiene y en el corazón llevan amor.
Nunca vamos a arrodillarnos, señaló esta defensora y activista social, que en este nuevo onomástico subraya que siempre piensa en su hija Laura, detenida-desaparecida, y en sus 30 mil compañeros que perdieron la vida durante una de las épocas más grises de la historia argentina.
La presidenta de Abuelas una vez más llamó a la unidad al señalar que quienes pregonan hoy el odio se consumen ellos mismos. Nosotras, dijo, nunca ofendimos ni maltratamos a esos delicuentes, en referencia a los genocidas, muchos de ellos aún sin juzgar después de más de cuatro décadas.
En otra entrevista con Página 12, la referente argentina significó que las Abuelas son de carne y hueso, ‘personas comunes que nunca nos soltamos las manos, son nuestros nietos y nietas que fuimos encontrando en el camino, y son el puñado de amigos que no nos dejaron solas’.
En estos años, ese colectivo ha dado dura lucha por la restitución de la verdadera identidad de 130 hombres y mujeres, cuyas madres fueron asesinadas, muchas de ellas obligadas a parir en centros clandestinos, y luego fueron entregados a otras familias. Aún faltan otros 300 y la búsqueda sigue.
Esa es la lucha de las Abuelas, que pese a sus años siguen activas. Estar quietas no es parte de nuestra identidad. Siempre estamos pensando qué más podemos hacer, subrayó De Carlotto.
A 44 años de la fundación de la Asociación, manifestó que sus palabras siempre van dirigidas en dos direcciones, a aquellos que pueden llegar a ser nuestros nietos y nietas, pero también a quienes pueden llegar a saber algo, algún dato que pueda servirnos de punto de partida para un hallazgo.
En este día significativo, han recibido cientos de mensajes de amor. La víspera, estuvieron en la sede del Ministerio de Economía, donde el Salón Rojo pasó a llamarse desde ahora Abuelas y Madres de Plaza de Mayo.
En las redes sociales, personalidades políticas y el pueblo en general las cobijan de amor y les envían fuerzas para continuar la lucha por memoria, verdad, justicia y reparación.
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