Según el organismo especializado de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los líderes mundiales en la cita de Glasgow, del 31 de octubre al 12 de noviembre próximo, deberán enfrentar el duro hecho de que ‘solo nos quedan nueve temporadas de siembra’ para lograr los ODS fijados en la Agenda 2030 de la ONU.
Mencionó en particular los destinados a proteger el medio ambiente, la mitigación y adaptación al cambio climático y acabar con el hambre y la pobreza.
Citó en un comunicado que alrededor de 811 millones de personas están desnutridas y que tanto la variabilidad y extremos climáticos, como los conflictos y desaceleraciones y recesiones económicas, exacerbadas por la pandemia de la Covid-19 son los principales impulsores de la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la pobreza.
Los sistemas agroalimentarios contribuyen y, al mismo tiempo, son afectados por los impactos de la crisis climática, la degradación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, destacó.
El clima verde y la agricultura resiliente son esenciales para sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos y sostenibles, sostuvo la FAO y catalogó de claves las asociaciones de colaboración y el uso de la innovación, incluidas tecnologías digitales y los conocimientos indígenas y tradicionales.
En tal sentido la FAO expresó que aportará al encuentro en la capital de Escocia, su experiencia y conocimientos para ayudar a catalizar la transformación urgente necesaria, con el fin de que los sistemas agroalimentarios sean parte de la solución de la crisis climática.
A través de presentaciones de sus expertos y la difusión de publicaciones, el ente de la ONU describirá, tal como anunció, cómo la organización trabaja con sus miembros y otros socios para abordar los impactos de la crisis climática en sectores agrícolas.
Los ODS son un ‘plan maestro’ para conseguir un futuro sostenible para todos, adoptado el 25 de septiembre de 2015, por los líderes mundiales y en el que por su esencia tienen que hacer su parte los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y cada individuo de manera particular.
Si entre los propósitos de la COP26 están las urgencias y oportunidades del poder de la cooperación internacional para enfrentar los más graves desafíos mundiales, inevitablemente estará marcada por los elevados niveles de pobreza y hambre que laceran a millones de personas del planeta, incluso antes de que surgiera la Covid-19, como reconoció la ONU en un reciente informe.
En el prólogo del Informe de los ODS 2021 el secretario general de la ONU, António Guterres, reconoció que, en años previos a la Covid-19, en áreas vitales, como la reducción de la desigualdad, la disminución de las emisiones de carbono y la lucha contra el hambre, los avances se estancaron o retrocedieron.
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