Lambert que pujó por Henry por la dirección del país, e incluso programó una juramentación presidencial en la sede legislativa, abogó por un acuerdo global que permita al país superar la situación actual.
‘O los bandidos deponen las armas, o el Estado se encargará de restablecer la ley y el orden en los barrios’, dijo el parlamentario en el programa radial Magik 9 y defendió la utilización de la fuerza para restablecer la autoridad estatal.
El neurocirujano asumió el cargo en julio, dos semanas después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, y enfrenta un recrudecimiento de la ola de violencia y de control de las bandas armadas que generó una compleja crisis de combustible.
Hospitales, centros de ambulancia, instituciones productoras de oxígeno, compañías telefónicas, potabilizadoras de agua, entre otras, ya anunciaron que la escasez del rubro interrumpirá sus servicios en el corto plazo, lo cual afectará a millones de personas.
Mientras, el líder de la federación G-9 y Aliados, Jimmy Cherizier (Barbacue) amenazó con continuar bloqueando la distribución de los combustibles si el primer ministro continúa en su puesto.
Desde hace varios meses las bandas armadas interrumpen el abastecimiento de los camiones cisterna, limitando el acceso a las terminales petroleras que se encuentran en la zona metropolitana de Puerto Príncipe.
La situación promovió el contrabando de combustible en la frontera con la vecina República Dominicana.
En medio de esta crisis, el primer ministro permanece en silencio y se limitó a sustituir al jefe de la Policía, León Charles, mientras los sindicatos impulsan el tercer día de huelga general consecutivo para reclamarle a Henry asumir sus responsabilidades.
mem/ane