En su conferencia de prensa desde Yucatán, el mandatario se refirió a una fuerte campaña de empresas transnacionales y el apoyo de partidos como Acción Nacional y otros de oposición para impedir que prospere la iniciativa, desde hace meses en el Congreso de la República.
La discusión está trabada porque las bancadas opositoras alineadas con las transnacionales, principalmente la española Iberdrola y varias de Estados Unidos, tratan de imponer modificaciones a la reforma para desvirtuarla de su contenido, según observadores.
Lo que más les afecta es la decisión del gobierno de que la Comisión Federal Electricidad (CFE) deje de ser empresa del Estado para convertirse en organismo oficial regulador del gobierno en el sector y, además, controle el paquete accionario con un 56 por ciento del mercado nacional y el resto a los privados.
Igualmente, poner topes a las ganancias para eliminar las exageraciones actuales consideradas por el gobierno como un saqueo descomunal de los recursos de la nación.
López Obrador reveló que envió una carta al presidente estadounidense, Joe Biden, para explicar la postura en la lucha que encabeza él junto con John Kerry para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a defender el problema de calentamiento global.
Y esa batalla está relacionada con la reforma eléctrica pues, dijo, estamos haciendo compromisos para producir energía limpia, pero en especial a partir de las hidroeléctricas que ya existen en el país en buenas cantidades, y solo hay que modernizarlas sin grandes inversiones.
Ironizó en que la campaña contra la reforma eléctrica no suena lógica sino metálica, a dinero, y la preocupación, señaló, no es de Estados Unidos, sino de esas empresas, de periódicos y de políticos que las defienden y les pagan.
Ven que les van sus enormes ganancias, se les acaba el abrumador saqueo, por eso no les gusta la reforma, y saben que no vamos a subir las tarifas ni tampoco se les van a pagar jugosos e legales subsidios multimillonarios, manifestó.
En España, dijo, hay problemas serios con el aumento tremendo de las tarifas porque allá mandan las empresas particulares, no el Estado.
Expresó que la aberración de los dueños de esas empresas es tal y tan irracional, que estos corruptos llegan a decir de manera mentirosa que la producción de energía hidroeléctrica es dañina y sucia, cuando es la más barata y limpia, pues se genera con pura agua.
Sin embargo, hasta ahora no pueden usarse todas las turbinas porque les han dado preferencia a las particulares; suben primero las energías de las empresas extranjeras como Iberdrola y luego lo poco que dejan al Estado, así es el tamaño, la trampa, y se oponen cuando queremos poner orden a ese desorden en bien del pueblo, concluyó.
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