El sospechoso se encuentra arrestado en Jamaica, donde ingresó de manera ilegal y luego fue arrestado por las autoridades en respuesta a una orden emitida por la Organización Internacional de Policía Criminal, conocida como Interpol.
El Gobierno apresuró esta semana las negociaciones para el regreso del presunto implicado en el magnicidio, y el canciller Claude Joseph se reunió con su homóloga Kamina J. Smith, para establecer los mecanismos que permitan su traslado.
También Joseph sostuvo un encuentro con la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez como parte de los esfuerzos para poner a disposición de la justicia haitiana al presunto implicado.
Palacios formó parte del comando armado, integrado por una veintena de colombianos, que asesinó al mandatario en su residencia privada de la capital el pasado 7 de julio, de acuerdo con la Policía Nacional.
Las autoridades del país suramericano anunciaron que no tenían intenciones de reclamar la devolución de Palacios, al no tener procesos en su contra, e incluso expresaron disposición de ayudar a Haití en los trámites de extradición a su territorio.
Además del acusado, otros seis sospechosos se encuentran fugitivos, entre ellos el exsenador Joseph John Joel y la exjueza del tribunal supremo Wendelle Coq, que según las autoridades haitianas fueron identificados por los detenidos.
Por el caso están detenidos al menos 44 personas, casi la mitad de ellos de origen colombiano, además de una decena de policías, tres responsables de seguridad presidencial y un supuesto autor intelectual, el médico Enmanuel Sanon.
La investigación que avanzó lentamente desde agosto podría sufrir un nuevo estancamiento tras el saqueo de la oficina del juez que investiga el caso, Gary Orélien, y del registro del Tribunal de Primera Instancia ocurrido en la madrugada del jueves.
Moïse es el quinto presidente asesinado mientras ejercía el cargo, y su muerte afianzó el vacío constitucional del país, así como agravó la intensa crisis política, y de seguridad.
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